Una intensa agenda cumplió la semana pasada, el director del Centro de Política y Administración Tributaria de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) Pascal Saint-Amans en Chile. En parte, para asistir al 12° Foro de Administraciones Tributarias (FTA) y también para entregar la evaluación del organismo al proyecto de Reforma Tributaria que propone el actual gobierno. Esto hizo recordar el análisis que la entidad también entregó a la reforma tributaria de 2014, que la actual iniciativa busca modificar. ¿Contradicción? El experto responde.

¿Cómo se pueden evaluar bien dos reformas: la del 2014 y de 2018?

-Hoy el gobierno está proponiendo una reforma tributaria que hemos comentado positivamente. Pensamos que esta reforma tributaria, en el contexto y entorno actual es un buen cambio, que gatillará un impacto positivo en la economía, porque simplifica el sistema y otorga algunos créditos a los impuestos corporativos, en particular a la depreciación, y también mejora algunos servicios y los tiempos de pago del IVA.

¿No es el caso de 2014?

-En 2014 hubo una reforma tributaria, la miramos, y en realidad no comentamos mucho. En ese tiempo encontramos inusual esa reforma, pero intelectualmente interesante, técnicamente correcta, pero difícil. Difícil en el sentido que se repensó lo que había. Inusual también porque las tasas de impuesto fueron aumentadas.

¿Qué no resultó?

-Aquí hay un gran debate al respecto: Las empresas tenían una opción para acceder a la integración parcial o la integración completa, y el número de registros no fue el esperado, porque era muy complicado y poco claro, y como resultado de eso, el propósito de la reforma probablemente no fue alcanzado, y por eso ya hubo un ajuste en 2016. Ahora se volvería a un sistema más tradicional, que muchos países tienen.

Que un organismo internacional evalúe bien dos reformas que van en sentido contrario, ¿no genera una sombra de duda respecto de la calidad de esa evaluación?

-No lo creo. Primero, nosotros evaluamos borradores. Luego, en 2014, nunca dijimos: «Esta es una reforma tributaria fantástica, sigan adelante, está perfecta», para ser claros. Nuestro rol es aconsejar a los gobiernos en lo que están haciendo y en lo que pensamos son las mejores prácticas. Para resumir, en 2014 hubo un gran cambio, inusual e interesante. Hoy, volver a un sistema más tradicional parece lo correcto.

¿Por qué esta reforma es buena?

-Porque es favorable a la inversión, en un entorno en el que hay dudas a nivel mundial sobre la sostenibilidad del crecimiento. Usted puede mirar los pronósticos de la OCDE o del FMI, y no son buenos. Hay grandes presiones debido a las tensiones comerciales, por las crisis que atraviesan países como Argentina. Entonces, tener medidas que son proactivas, favorables a la inversión es muy positivo.

Fuente: www.latercera.com

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